La conservación de manglares debe de ser una responsabilidad compartida


Los manglares son un ecosistema protegido por las Leyes Ambientales Mexicanas debido a los grandes beneficios que aporta como la protección costera que sirve de barrera contra vientos y huracanes, y la conectividad entre los ecosistemas del arrecife y la selva, por mencionar algunos.


De acuerdo a la experta en Manglares, Bióloga Patricia Santos, uno de los servicios ambientales que aportan los manglares es que comparado con los bosques del planeta, los manglares acumulan 5 veces más dióxido de carbono por hectárea, son el hogar de muchas especies vegetales, de insectos, mamíferos, crustáceos, reptiles, aves, algas y bacterias, y están vinculados a la sobrevivencia de los arrecifes, pues limpian el agua antes de llegar al mar.


A pesar de estos beneficios al entorno socio-ambiental por la presencia de manglares, el modelo de desarrollo preponderante en Quintana Roo somete a dicho ecosistema a ser removido, secado o rellenado para dar paso a desarrollos habitacionales y turísticos que en muchos casos no integran una visión de sustentabilidad y responsabilidad ambiental genuina en sus proyectos, comenta Anita N, vecina de Puerto Morelos y activista ambiental, quien agrega que esa situación no solo pone en riesgo el equilibrio ecológico local, sino que lo afecta de manera irreversible.


En la opinión de Ricardo N, consultor ambiental, las denuncias de ciudadanos, la búsqueda de recursos legales por su defensa, y todas las acciones a través de la educación ambiental en escuelas y centros educativos resultan insuficientes, si las empresas y desarrolladores no se alinean a integrar en sus proyectos una visión real y genuina de sustentabilidad, y cada uno toma la responsabilidad que corresponde ante un mundo que vive una inminente crisis climática.


Un ejemplo de ello es la reciente acusación que diversos medios han realizado por la tala, desmonte y relleno de manglar presuntamente realizados por el Hotel El Cid en Puerto Morelos, publicaciones que fueron basadas en el dicho de vecinos que detectaron camiones volqueteros cargados de escombro entrando al camino rumbo al citado complejo.


El Hotel El Cid por su parte, recientemente emitió un comunicado anunciando que el Proyecto se encuentra totalmente autorizado en materia ambiental desde el año 1999 por las instancias correspondientes, para desarrollarse de forma paulatina las diversas áreas que conforman el Plan Maestro.

Así mismo, el comunicado aclara que el terreno del proyecto El Cid inicia al norte, en la caseta de control de acceso, y termina al sur a la altura de la glorieta, por lo que niega rotundamente ser responsable de los daños cometidos al manglar que se le imputan, pues estos han sido realizados fuera de su área de desarrollo, en un predio aledaño ajeno y realizadas por terceros.


Así mismo, el Cid informa en su comunicado que más del 75% del total de su predio, ha sido destinado para la conservación de manglares en Puerto Morelos incluyendo las que forman parte del Fideicomiso del Parque Estatal Ecoturístico de Puerto Morelos (180 ha), Área Destinada Voluntariamente a la Conservación (ADVC) (23 ha), y el Vivero Caribe Paradise como Unidad para la conservación de la Vida Silvestre (UMA) destinada a la producción de las 4 especies de manglar negro, rojo, blanco, botoncillo.


Si bien, los ciudadanos que notificaron a los medios sobre la situación -que es contemplada como un delito ambiental- actuaron en defensa de su Derecho Humano a un Medio Ambiente sano, lo que también es cierto es que para emitir una denuncia ante las autoridades o a los medios de comunicación, es necesario contar con los datos verídicos, certeros, precisos y correctos para que legal y mediáticamente se pueda proceder.


Es importante que en la vigilancia por la conservación de nuestro entorno, las causas ciudadanas identifiquen de forma certera a los causantes de los daños al ambiente, ya que de no ser así, las demandas ciudadanas se pierden e incluso se afectan a terceros, creando un clima de confusión y de aparente conflicto, mientras que los causantes del daño, pasan inadvertidos.


En tiempos como los que se viven, bajo una amenaza real contra la vida en el Planeta, es urgente actuar de manera conjunta entre autoridades, ciudadanía, medios de comunicación y sector empresarial pues la sustentabilidad no es la firma de un documento, el cumplimiento de una normativa para evitar una multa, o una tendencia de la mercadotecnia y en las redes sociales, hoy por hoy, la sustentabilidad y la responsabilidad ambiental, deben ser más que un compromiso, una convicción.